El 23 de septiembre fue el primer encuentro del seminario. Paula Porta y Diego Díaz fueron los encargados de presentar la propuesta, las películas qué se proyectarán y contaron que esperaban que se convirtiera en un espacio de circulación y producción de conocimiento conjunto para problematizar en torno a las nuevas tecnologías, a cómo son narradas por el cine y a qué nos producen como comunicadores esas narraciones. Las películas como disparadores, como excusas para pensar los medios, los contextos y los sujetos en esos contextos.
Al momento de las presentaciones nos dimos cuenta de que todos teníamos trayectorias diferentes, nos encontramos con alumnos que recién se inician en la carrera, otros que ya están en proceso de realizar su tesis y algunos ya graduados; pero todos convocados por una misma inquietud: ver cine, pero desde otro lugar. Disfrutar del placer de una película; pero compartir también el espacio para (re)pensarla con otros. No sólo ver con otros, sino rever con otros.
Las remakesLuego fue el turno del invitado especial, Federico Ambrosis, que presentó parte de su investigación sobre las remakes estadounidenses de películas de terror japonesas: “La llamada”, “The Grudge”, “Dark Water” entre otras. Federico también hizo un paneo por la historia del cine de terror desde los momentos en que se usaban novelas como Frankestein o Drácula para inspirar los guiones hasta las parodias al género como “Scream”, pasando en el camino por los niños paseídos de “El Exorcista” y “La Profecía” y los asesinos seriales sangrientos como “Freddy Krueger” o “Jason”.
Su presentación generó disparadores de reflexiones que serán retomadas a lo largo del seminario. Uno de los debates podría sintetizarse en una serie de preguntas que fue surgiendo: a qué público se destinan las distintas películas; cómo piensan al público las grandes distribuidoras que determinan qué se proyecta en las salas y qué no; qué motiva al público a ver determinadas películas, qué los moviliza; y también qué tipo de cine estamos acostumbrados a ver. En esto Federico estableció una diferencia bastante central entre las películas de Hollywood y las asiáticas. Las japonesas son más “lentas”, con ediciones no tan vertiginosas y, quizás, otro disfrute de los planos. Las hollywoodenses se caracterizan por la acción, por la vertiginosidad.
La película “The Blair Witch Proyect”, abrió otras puntas para el debate. ya que tiene algunas similitudes en la forma de construir lo representado con dos de las películas que vamos a ver durante el seminario: “Cloverfield” y “El diario de los muertos”. Las tres están filmadas con cámaras subjetivas, es decir se nota el dispositivo. La regla de que los actores no deben mirar a cámara para dar realismo se rompe y el realismo se busca generando otro tipo de contrato con el público, se intenta hacernos creer que eso realmente ocurrió y fue filmado por gente “como uno” que no tiene idea de cómo componer un plano.
Tres fragmentosAl final del primer encuentro, se pasaron fragmentos de tres películas que sirven como primeros ejemplos de lo que buscamos discutir en el seminario. Podemos decir que
el cine de terror es un modo de dar cuenta de los miedos en las diferentes épocas y contextos y, a la vez, atraparlos en una pantalla, conjurarlos. Entonces es interesante pensar cómo en esas narraciones de los miedos aparecen las nuevas tecnologías
El primer fragmento fue de “Llamada perdida” – una remake norteamericana de una de terror japonesa– estrenada en 2008 y dirigida por Eric Valette. Vimos la primera parte, cuando se establece el conflicto que desarrollará la trama: la amiga de la protagonista recibe una llamada del futuro que ella misma se hizo minutos antes de morir. La elección de este fragmento tuvo que ver con empezar a pensar las tecnologías en relación con el tiempo, con la conexión y esta otra mirada que aparece en el cine de terror que es las tecnologías como conductoras del mal.
El segundo fragmento fue de “1408”, estrenada en 2007 y dirigida por Mikael Hafström. En esta oportunidad vimos un fragmento que se encuentra casi al final de la película, el protagonista encerrado en esta habitación embrujada sólo puede contactarse con el exterior a través de su computadora. Él parece ya no existir para el mundo real, pero sigue conectado a él a través de Internet.
El último fragmento no correspondió a una película de terror, sino a una parodia del género: “Shaun of the death”, dirigida por Edgar Wright y estrenada en 2004. Lamentablemente no alcanzamos a ver todo el fragmento seleccionado, por lo que lo veremos el próximo martes antes de proyectar, en forma completa, “El diario de los muertos” de George Romero.
Continuará...