martes, 28 de octubre de 2008

Cloverfield, el debate



Hoy en el seminario se debatirán los siguientes tópicos a partir de la película Cloverfield:

  • Nace un nuevo héroe: el que sigue filmando a pesar de todo
  • La tecnología como soporte de la memoria colectiva
  • La tecnología en los momentos límites: la cuestión moral y la deshumanización

Valen textos, imagenes y videos que respalden tu posición.

martes, 21 de octubre de 2008

Se suspende por lluvia + granizo






El encuentro de hoy 21/10 se suspende por el alerta metereológico

Lo que (no) da miedo los días de lluvia




jueves, 9 de octubre de 2008

Las nuevas tecnologías: puntos de vista y subjetividades



El pasado martes fue el tercer encuentro del Seminario con
Secuelas. En esta oportunidad nos encontramos a (re)ver El Diario de los muertos de George
Romero
. La propuesta fue discutir en torno a algunos disparadores que surgen
de la película sobre la relación con las tecnologías:

  • Lo verdadero y lo verosímil
  • El sujeto y su necesidad de registrar (testimoniar en imágenes para la posteridad)
  • Las nuevas tecnologías y el poder
  • La idea de caos y orden

Estos ejes fueron el puntapié inicial para un debate interesante y profundo sobre el lugar de las nuevas tecnologías en nuestra cotidianidad y en la configuración de las subjetividades. Sin duda el uso de Internet, de cámaras digitales, de celulares ha transformado los modos de construirnos, de narrarnos como sujetos: las fotos en los blogs, la creación de perfiles, los videos que se suben a youtube.
Estos nuevos espacios han permitido que aparezcan otras voces, que se pueda narrar el mundo desde otros puntos de vista. Esta es una de las principales temáticas de la película: las versiones de los hechos. Antes sólo teníamos la versión de los grandes medios, ahora las versiones se han multiplicado; pero ¿cómo se legitiman? ¿quién accede? ¿les creemos?
Los nuevos modos de participación también están atravesados por la marca de época de las nuevas tecnologías: las firmas electrónicas para adherir a una causa, las “movilizaciones” en la red que conviven con los modos tradicionales de marchar hacia las plazas. Nuevos modos de poner el cuerpo.

Héroes posmodernos

Otra de las temáticas que sirve de hilo conductor en El diario de los muertos es el cuestionamiento acerca de si filmar es o no una forma de intervención. Ante situaciones extremas en las que podría socorrer al otro en peligro, el protagonista de la película decide simplemente filmar, sin embargo su objetivo es dejar un testimonio, informar a los otros. La información aparece, en algunos momentos, como la única posibilidad de salvación: aprender cómo sobrevivir, mostrarle a otros cómo hacerlo. Pero qué pasa cuando no queda nadie para mirar, ¿para quién se narra entonces?
Poseer la cámara da poder, permite decidir qué se muestra y qué no, permite contar nuestra propia visión de la historia, nuestro punto de vista. En la película proliferan las cámaras, proliferan las versiones; en paralelo a esto la televisión (como el lugar donde las versiones se unifican y se monopolizan) es puesta en duda “la televisión nos miente o los políticos le mienten a ella”. Otras voces buscan su legitimación como versiones válidas, creíbles y las nuevas tecnologías le dan un espacio.
En El diario de los muertos se ha desatado el caos, se ha roto el orden establecido y las nuevas tecnologías juegan un papel contradictorio: permiten que otras versiones, las no oficiales circulen; pero también amplifican el caos, generan desconfianza. ¿Cuánto podemos creer la versión de los otros? La tesis que propone Romero“más versiones, más lejos de la verdad” resulta interesante y, al mismo tiempo, criticable. Se relaciona con los modos en los que nos hemos acostumbrado a estar en el mundo, creyendo que existe una sola verdad o que la suma de muchos discursos repetidos e iguales da por resultado una certeza.
Sin embargo esta frase que puede ser una forma de expresar un temor a los usos de las nuevas tecnologías, puede leerse también como una crítica a las grandes concentraciones mediáticas que unifican sus versiones en pos de mantener el “orden” aunque todo se esté desmoronando; las mismas concentraciones mediáticas que consideran que el rating puede leerse como consenso.
El diario de los muertos puede leerse como la historia de un héroe –posmoderno- que filma para dejar testimonio, para narrarse y narrar al mundo. Internet es, para este personaje, el último refugio frente al caos, el único espacio que le permite seguir conectado, que le permite dejar su marca, sus 15 minutos de fama.

martes, 7 de octubre de 2008

lunes, 6 de octubre de 2008

Debate



Las nuevas tecnologías abren posibilidades para construir múltiples puntos de vista...


¿nos acercan o nos alejan de la verdad?

lunes, 29 de septiembre de 2008

El cine, el terror y las nuevas tecnologías de comunicación


Esta relación es la que nos proponemos indagar entre todos, y para la que, en principio, proponemos, dos niveles de análisis. Uno está orientado a pensar cómo estas tecnologías están atravesando el género de terror, ampliando sus posibilidades dramáticas. Esto con el objetivo de reflexionar fundamentalmente sobre el significado que puede tener que, cada vez más, el miedo pueda ser generado, potenciado o transmitido, mediante artefactos y prácticas tan afines, familiares, a nuestro universo cotidiano.
El segundo nivel intentará descubrir los modos en que esas nuevas tecnologías de comunicación y las prácticas que de ellas se derivan, son narradas en los films de terror, abriendo un universo de sentidos posibles.
Un primer concepto sobre el cual pensamos y diseñamos el seminario está asociado a la idea de que el cine puede ser leído como texto que porta saberes y dispara procesos. Entendemos que cada película es un vehículo apropiado para el estudio, conocimiento o reflexión sobre algún tema específico, y que los relatos cinematográficos se bastan a sí mismos para disparar o potenciar un proceso de aprendizaje.
Este punto de partida es muy importante porque nos permite entender porqué el seminario está pensado centralmente en relación con películas. Es a partir de los relatos allí construidos que intentaremos andar un camino que nos permita reflexionar y producir colectivamente.
Esto implica posicionarnos en cierta perspectiva respecto del cine, que lo reconoce no sólo como obra artística, sino que además intenta abordarlo en su dimensión socialmente significante. Trabajamos con la idea del cine como máquina social, y es en este sentido, y siguiendo a Jaques Aumont, que pensamos al cine como un “vehículo de las representaciones que una sociedad se da a sí misma”. La cuestión de la representación es central tanto conceptual como metodológicamente, para la propuesta de este seminario. El estudio de las representaciones cinematográficas es el principal objetivo que movilizará cada uno de los encuentros: ¿de qué modos aparecen en los films de terror diferentes narrativas sobre la forma en que las nuevas tecnologías de comunicación y los medios de información atraviesan en la actualidad las formas de interacción de los hombres entre sí y de los hombres con el mundo?

El cine de terror como conjurador de los miedos modernos




La elección del género de terror se debe a que siempre ha tenido una paradojal inscripción en la historia de la cinematografía clásica: por un lado abriendo el libre juego a la manifestación de todo aquello que subyace en el inconsciente (todas aquellas imágenes que por lo aberrante u horroroso no emergen en otros géneros); y por el otro, ordena ese mundo inconsciente, acomodándolo en la reglas bien definidas que impone la industria, y produce relatos tranquilizadores. Hay un mundo del horror que sólo pertenece a las películas de terror, y tiene sus límites, que sirven para tranquilizar la conciencia: “es sólo una película de terror”. Una concepción que el cine de terror de los últimos años ha tratado de provocar. Y aquí tendremos una de las discusiones centrales seguramente.
El dispositivo cinematográfico contiene en su potencialidad elementos de terror que están asociados a su capacidad de representación. Por eso decíamos en la frase de los afiches, siguiendo a Carlos Losilla, que el miedo está asociado con la operación de la representación más que con el objeto representado. Y en la historia del cine, esto ha sido así desde los comienzos.
Recordemos una historia por todos conocida. Cuando los hermanos Lumiere iniciaron sus registros audiovisuales y sus proyecciones, una de las primeras imágenes que tomaron fue la de un tren llegando a una estación. Cuando proyectaron por primera vez esta imagen las personas que en la sala la observaron, huyeron temerosas frente a la inminencia de un tren que se les venía encima. La anécdota explica la frase. Y hecha luz sobre una cuestión central: es en el potencial del dispositivo cinematográfico para representar la realidad donde subyace el principal motivo de miedo y terror.
En las películas que vamos a ver los objetos y las prácticas están asociados a las nuevas tecnologías, sus modos de utilización y apropiación. En otras palabras: nada más familiar para nosotros que lo celulares, la televisión o la Internet. Nada más familiar incluso que la posibilidad de estar conectados, informados, entretenidos, instantáneamente. Ahora ¿qué sucede cuando ese mundo conocido en el que nos manejamos con tranquilidad y hasta libertad se transforma radicalmente y se nos vuelve un mundo desconocido, que revela todo su lado siniestro? ¿no hemos acaso internalizado en nuestras vidas cotidianas un uso aséptico de las tecnologías de comunicación dando lugar a un proceso de naturalización en el que ya no cabe la reflexión sobre el bien o el mal?

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Gran estreno gran

El 23 de septiembre fue el primer encuentro del seminario. Paula Porta y Diego Díaz fueron los encargados de presentar la propuesta, las películas qué se proyectarán y contaron que esperaban que se convirtiera en un espacio de circulación y producción de conocimiento conjunto para problematizar en torno a las nuevas tecnologías, a cómo son narradas por el cine y a qué nos producen como comunicadores esas narraciones. Las películas como disparadores, como excusas para pensar los medios, los contextos y los sujetos en esos contextos.
Al momento de las presentaciones nos dimos cuenta de que todos teníamos trayectorias diferentes, nos encontramos con alumnos que recién se inician en la carrera, otros que ya están en proceso de realizar su tesis y algunos ya graduados; pero todos convocados por una misma inquietud: ver cine, pero desde otro lugar. Disfrutar del placer de una película; pero compartir también el espacio para (re)pensarla con otros. No sólo ver con otros, sino rever con otros.

Las remakes

Luego fue el turno del invitado especial, Federico Ambrosis, que presentó parte de su investigación sobre las remakes estadounidenses de películas de terror japonesas: “La llamada”, “The Grudge”, “Dark Water” entre otras. Federico también hizo un paneo por la historia del cine de terror desde los momentos en que se usaban novelas como Frankestein o Drácula para inspirar los guiones hasta las parodias al género como “Scream”, pasando en el camino por los niños paseídos de “El Exorcista” y “La Profecía” y los asesinos seriales sangrientos como “Freddy Krueger” o “Jason”.
Su presentación generó disparadores de reflexiones que serán retomadas a lo largo del seminario. Uno de los debates podría sintetizarse en una serie de preguntas que fue surgiendo: a qué público se destinan las distintas películas; cómo piensan al público las grandes distribuidoras que determinan qué se proyecta en las salas y qué no; qué motiva al público a ver determinadas películas, qué los moviliza; y también qué tipo de cine estamos acostumbrados a ver. En esto Federico estableció una diferencia bastante central entre las películas de Hollywood y las asiáticas. Las japonesas son más “lentas”, con ediciones no tan vertiginosas y, quizás, otro disfrute de los planos. Las hollywoodenses se caracterizan por la acción, por la vertiginosidad.
La película “The Blair Witch Proyect”, abrió otras puntas para el debate. ya que tiene algunas similitudes en la forma de construir lo representado con dos de las películas que vamos a ver durante el seminario: “Cloverfield” y “El diario de los muertos”. Las tres están filmadas con cámaras subjetivas, es decir se nota el dispositivo. La regla de que los actores no deben mirar a cámara para dar realismo se rompe y el realismo se busca generando otro tipo de contrato con el público, se intenta hacernos creer que eso realmente ocurrió y fue filmado por gente “como uno” que no tiene idea de cómo componer un plano.

Tres fragmentos

Al final del primer encuentro, se pasaron fragmentos de tres películas que sirven como primeros ejemplos de lo que buscamos discutir en el seminario. Podemos decir que el cine de terror es un modo de dar cuenta de los miedos en las diferentes épocas y contextos y, a la vez, atraparlos en una pantalla, conjurarlos. Entonces es interesante pensar cómo en esas narraciones de los miedos aparecen las nuevas tecnologías
El primer fragmento fue de “Llamada perdida” – una remake norteamericana de una de terror japonesa– estrenada en 2008 y dirigida por Eric Valette. Vimos la primera parte, cuando se establece el conflicto que desarrollará la trama: la amiga de la protagonista recibe una llamada del futuro que ella misma se hizo minutos antes de morir. La elección de este fragmento tuvo que ver con empezar a pensar las tecnologías en relación con el tiempo, con la conexión y esta otra mirada que aparece en el cine de terror que es las tecnologías como conductoras del mal.
El segundo fragmento fue de “1408”, estrenada en 2007 y dirigida por Mikael Hafström. En esta oportunidad vimos un fragmento que se encuentra casi al final de la película, el protagonista encerrado en esta habitación embrujada sólo puede contactarse con el exterior a través de su computadora. Él parece ya no existir para el mundo real, pero sigue conectado a él a través de Internet.
El último fragmento no correspondió a una película de terror, sino a una parodia del género: “Shaun of the death”, dirigida por Edgar Wright y estrenada en 2004. Lamentablemente no alcanzamos a ver todo el fragmento seleccionado, por lo que lo veremos el próximo martes antes de proyectar, en forma completa, “El diario de los muertos” de George Romero.


Continuará...

lunes, 22 de septiembre de 2008

El cine que (nos) mira






La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido

Howard Phillips Lovercraft








Lo desconocido siempre ha sido motivo de fabulaciones y fundaciones mitológicas. Lo desconocido atemoriza y atrae al mismo tiempo, dando lugar a un juego de sentido ambiguo, en cuyo seno operan lo perverso y lo siniestro. Sobre estas encrucijadas descansa el género de terror. Así ha funcionado para la literatura, y lo mismo ha sucedido con el cine. Y en este rasgo sustantivo de un género nada novedoso, se encuentra uno de los principales motivos de exploración que nos convoca en el presente seminario.
A menudo, las nuevas tecnologías de comunicación se inscriben en dinámicas de uso, apropiación y significación que revelan un estrecho margen con las posibilidades de exploración de lo desconocido. Con los miedos y contra los miedos, en la llanura de las ansiedades y los deseos de los hombres, y estructurando las visiones y recreaciones del mundo global, las nuevas tecnologías convergen y habilitan múltiples narraciones sobre lo posible.
Todo cine habla de su época. Puede ser un reflejo de ella, un vehículo para su interpretación. En el cine de terror de los últimos años, las nuevas tecnologías de comunicación han empezado a ocupar un lugar cada vez más hegemónico en la estructura de los argumentos. Generando, potenciando o exacerbando el miedo, es a partir de y con las nuevas tecnologías donde se establecen los códigos fundamentales a partir de los cuales es posible descifrar una sociedad atravesada por los múltiples miedos.
La propuesta es entonces partir del cine de terror para trabajar el universo de representaciones que surge en algunas de las últimas películas realizadas. Son dos las perspectivas en las que se intentará trabajar: por un lado, tratando de ver de qué modos las nuevas tecnologías de comunicación han ensanchado el horizonte de representaciones sobre el horror disponibles en el cine moderno: y por el otro, analizando cómo estos relatos de terror constituyen modos de pensar, entender y reflexionar sobre las formas de convivencia entre el hombre, el mundo y las nuevas tecnologías de comunicación.

viernes, 19 de septiembre de 2008