lunes, 22 de septiembre de 2008

El cine que (nos) mira






La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido

Howard Phillips Lovercraft








Lo desconocido siempre ha sido motivo de fabulaciones y fundaciones mitológicas. Lo desconocido atemoriza y atrae al mismo tiempo, dando lugar a un juego de sentido ambiguo, en cuyo seno operan lo perverso y lo siniestro. Sobre estas encrucijadas descansa el género de terror. Así ha funcionado para la literatura, y lo mismo ha sucedido con el cine. Y en este rasgo sustantivo de un género nada novedoso, se encuentra uno de los principales motivos de exploración que nos convoca en el presente seminario.
A menudo, las nuevas tecnologías de comunicación se inscriben en dinámicas de uso, apropiación y significación que revelan un estrecho margen con las posibilidades de exploración de lo desconocido. Con los miedos y contra los miedos, en la llanura de las ansiedades y los deseos de los hombres, y estructurando las visiones y recreaciones del mundo global, las nuevas tecnologías convergen y habilitan múltiples narraciones sobre lo posible.
Todo cine habla de su época. Puede ser un reflejo de ella, un vehículo para su interpretación. En el cine de terror de los últimos años, las nuevas tecnologías de comunicación han empezado a ocupar un lugar cada vez más hegemónico en la estructura de los argumentos. Generando, potenciando o exacerbando el miedo, es a partir de y con las nuevas tecnologías donde se establecen los códigos fundamentales a partir de los cuales es posible descifrar una sociedad atravesada por los múltiples miedos.
La propuesta es entonces partir del cine de terror para trabajar el universo de representaciones que surge en algunas de las últimas películas realizadas. Son dos las perspectivas en las que se intentará trabajar: por un lado, tratando de ver de qué modos las nuevas tecnologías de comunicación han ensanchado el horizonte de representaciones sobre el horror disponibles en el cine moderno: y por el otro, analizando cómo estos relatos de terror constituyen modos de pensar, entender y reflexionar sobre las formas de convivencia entre el hombre, el mundo y las nuevas tecnologías de comunicación.

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